Sueños juveniles
El sol había iniciado su lento viaje hacia el ocaso del 16 de junio cuando a las puertas del Auditorio los dinámicos integrantes de la Escuela de Orientación BMT, l@s BeMeTer@s para más señas, departíamos sobre la buena idea de reconocer a los chicos y chicas en edad escolar por su trayectoria deportiva más reciente premiando así su esfuerzo y constancia.
Salvo algunas excepciones justificadas, y un viaje fin de curso justifica casi cualquier cosa, allí estaban todos los que debían estar. La regla no escrita de que las personas se relacionan mejor con sus semejantes contribuyo a la perfecta formación de grupos por la sala según la disciplina practicada.
Unas nerviosas miradas se entrecruzaban, a la vez que fugaces gestos de complicidad, entre sus compañeros de entrene y competiciones, testigos mutuos de caídas y recaídas, de golpes y reproches, de esfuerzos y sinsabores, de sudores y moratones, y, alguna vez, de triunfos y alegrías. Tantas y tantas experiencias juntos les moldean el carácter y fortalecen los lazos de una amistad que perdurara en el tiempo, tanto como sus recuerdos.
Uno a uno los nominados subían al escenario a recoger su merecido reconocimiento lanzándonos sonrisas destellantes que iluminaban nuestros rostros cual flases cegadores y calentaban nuestro espíritu haciéndonos partícipes de su dicha. Y es que quien puede decir que, en algún momento del evento, no sintió como su bombilla interior, esa que solo encendemos en algunas ocasiones y cada año pasante tiene una intensidad menguante, por momentos brillaba alegremente cuando nuestro deportista número uno posaba para inmortalizar el fugaz instante.
Con desparpajo medido el conductor del acto fue desgranando los nombres de los jóvenes más destacados, pero sin olvidar a todos los demás que también están en la senda del esfuerzo constante que más pronto que tarde les llevara, también a ellos, a ser reconocidos y ocupar el lugar de sus amigos.
Tenis de mesa, campo a través, futbol, voleibol, y, como no, orientación esa gran desconocida que ha llegado para quedarse y seguir asombrando a propios y extraños de hasta donde se puede llegar cuando todos los engranajes se posicionan para juntos al unísono girar.
Un día, una de esas personas importantes que mueven los hilos en la Comunidad, puso al BMT como modelo a seguir para construir el andamiaje de la orientación con unas bases sólidas que permitan alcanzar grandes retos en el futuro. Y es que esta persona sabe, desde su posición, que la clave de nuestro éxito son unos increíbles grandes Campeones continuamente apoyados y motivados por unos Supermegamamapadres que viven, padecen y disfrutan intensamente de cada momento al lado de sus hijos, volviéndose participes de sus vivencias, sinsabores y alegrías, aumentando con ello la cohesión de la familia junto con otras familias lo que está dando lugar a una gran hermandad. Pues ya se demostró hace mucho tiempo, las experiencias conjuntas unen y las placenteras más todavía.
Sé que hubo más personas allí presentes involucradas y volcadas para que la experiencia fuese un éxito, pero no las nombro porque para quien esto escribe los protagonistas son ellos, todos los escolares que disfrutan realizando su sueño deportivo de conseguir ser el mejor, de lograr su medalla o simplemente de divertirse subiendo las pulsaciones hasta que rompes a sudar. Los siguientes protagonistas de esta historia son los fabulosos padres apoyan a sus retoños donde quiera que van. Luego los entrenadores que modelan a los futuros campeones llegados a sus manos con la esperanza de algún día ver el fruto madurar. Y por último todos los demás que, sin duda, su papel de tejedores de posibilidades no menos importante en esta historia es.
La crónica terminare recordándoos a quienes tuvisteis la suerte de allí estar que el día llegara en el cual recordareis la Gala ayer finalizada con un orgulloso: “Si yo, yo estuve allí”.
J.A.T.D.