Autor: BMT Casas de Ves

¡¡Osú quillo, que caló!!

Durante la noche anterior al 1 de septiembre la fantástica maquinaria que tenemos entre las dos orejas era un hervidero de pensamientos, planteamientos y demás zarandajas a las que los ligeros de sueño nos entregamos cuando algo importante va a ocupar nuestro tiempo y en esta ocasión la Málaga City Race tenía los ingredientes necesarios para saciar el apetito físico y mental.

Y por lo visto no era al único al que esa falta de alimento le aquejaba toda vez que el primer turno de ilustres orientadores había partido el día anterior para disfrupadecer, cada uno en su justa medida, el famoso Caminito del Rey.

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Al filo de la hora de comer aprovechando el frescor del mediodía y previa intercesión cum laude salíamos con las alforjas llenas de ilusión hacia la capital de la Costa del Sol para unirnos a una parte de la expedición que ya había picoteado un poquito de aquellas tierras andaluzas por la zona de Antequera.

Una vez localizada nuestra base de operaciones y subidos los trastos pertinentes fue el momento de jugar un rato al Tetris a fin de encajar a todos los componentes por las dependencias existentes. Ni siquiera las cervezas que vinieron consiguieron aplacar el calor acumulado en el piso además sumado al emanado por los entes humanos que por allí deambulaban y todo ello remezclado eficazmente por las aspas del ventilador. Como resultado una noche cuasi en blanco lo cual es ideal antes de afrontar un entrenamiento de orientación. Suerte que durante el mismo las 2 neuronas existentes se organizaron leyendo el mapa en turnos de 5 minutos para no dejarme en mal lugar…

Con el cuerpo habituado a la humedad del ambiente nos presentamos todos en la zona de competición de Arroyo Toquero dispuestos a comernos cada metro de monte. La moral en estos eventos es vital que este alta y la de nuestro colectivo iba a tope con la seguridad de realizar un buen papel. Pero aun así los nervios previos a la salida eran palpables y buen síntoma de la actitud del equipo, pues nos mantiene despiertos y alerta antes de los retos que se presenten.

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En mi caso particular la ascensión desde la pre-salida a la salida ya produce cosquillas en las piernas e inicio de los primeros sudores. Con la concentración al máximo y el ultimo pitido me lanzo a leer mi mapa intentando descubrir el triangulo de salida entre el maremágnum de símbolos. Una vez localizado mi GPS mental planifica la mejor ruta para atacar la baliza 1 enviando las instrucciones precias al aparato locomotor. Todo perfecto, avanzo con rapidez ladera abajo para atacar la baliza desde arriba. Es un mapa M-45 y voy lanzado, pero lanzado a la nada desde el momento que llego al lugar donde ya debería estar el punto buscado y allí no hay nada. ¡¡Empezamos bien!!

En mitad de la nada sin referencias claras se empieza a mascar la tragedia, a punto estuve de preguntar a alguno de los lugareños ocasionales que por allí pululaban pero mi orgullo me lo impidió. Quise un mapa de los “güenos” y ahí lo tenía, así que a apechugar con él. Eliminado el comodín del publico mi mente buscó alternativas y halló la respuesta al bucear en los recuerdos de experiencias anteriores similares a la actual. El problema era que había descendido por un espolón previo al correcto por lo que la solución estaba clara. De nuevo la luz aventurera brillaba con fuerza. Las rutas salvo por algunos desvíos ocasionales eran bastante correctas, lo cual me daba los ánimos necesarios para ir en pos del siguiente punto del mapa. Lástima que lo abrupto del terreno pasara factura al físico con lo que la distancia entre los últimos controles se tornaba por momentos elástica al parecerme más grande de lo real.

Con todo remate la faena en un puesto decente con numerosos orientadores por detrás mío y con el duende interno contento del resultado, de las cerves fresquitas y del melón rico-rico.

Brillando las posiciones de José Antonio (ambos), Javi míster, Ana y Tamara, los demás integrantes de nuestro grupo también destacaron por su buen hacer, aunque el más satisfecho era Alejandro sabiéndose que era Elite el resto del finde con lo que ello conlleva a nivel de prebendas y demás privilegios.

Pero el frenesí de la competición no cesa y a las 18:00 estamos listos para afrontar la carrera de Sprint, siendo mi debut en estas lides en categoría Elite por lo que la presión estaba in crescendo. Con un calor andaluz y la humedad ambiental acompañando recorrimos cada uno de los rincones del muelle uno y la Malagueta al ritmo sabrosón que el cuerpo aguantaba mitad quejoso, mitad correoso. Pero lo mejor fue comprobar que otros compañeros de categoría me disputaron el farolillo rojo de la tabla clasificatoria. ¡El nivel de competitividad de la categoría reina a ambos lados de la clasificación es brutal!

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Superada la prueba, acicalado y recompuesto el nivel óptimo de hidratación tocaba algo de relax espiritual por lo que buscando entre los locales más selectos de la Villa encontramos donde colocar las posaderas de nuestro numeroso grupo para avituallarnos como manda los cánones de estos importantes eventos, amén de unos mojitos que supieron a gloria antes del obligado retiro para descansar en previsión de la exigente prueba final.

De nuevo en la pre salida, de nuevo la tensión de la espera, de nuevo los nervios de como respondería ante un recorrido de 6,2 km teóricos que la propia Organización calculaba en más de 8 con la mejor ruta, la salida muy tardía y el calor no ayudaba en nada. Muchas incógnitas a punto de resolverse. ¡Cómo me gusta este deporte!!

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En el momento exacto me autorizan el paso hasta la salida situada a ¡1,3 km ascendentes! Un sueco de más de 50 años y yo iniciamos la lenta ascensión a la salida, algo por debajo del Gibralfaro. De que llegamos a la misma mi momentáneo compañero seguía trotando en el sitio para no perder el calentón de la subida supongo, mientras yo intentaba bajar el pulso y beber algo de agua para recuperar el aliento perdido algunos centenares de metros más abajo. Cuando un juez controlador hace un comentario sobre el calor, el sueco sin inmutarse y en un espanglish de Mijas al menos indica más le afecta a él por la falta de costumbre. Menos mal que yo llevaba las gafas puestas y ocultaron mi mirada en modo asesino. ¡Yo era del secarral manchego y estaba liquidado antes de empezar a correr!!

Las primeras balizas estaban localizadas en el terreno abrupto que rodea el Gibralfaro, pero conseguí hilvanar los rumbos sin demasiados errores de bulto y si llegaba el caso rectificaba rápidamente para acotar la pérdida de tiempo. Aun así, cuando descendimos a la parte llana dentro ya de Málaga iba deshidratado y con 15 balizas pendientes de picar todavía. Por suerte durante gran parte de este tramo de carrera los edificios y estrechas callejuelas de la ciudad proporcionaba sombra a los numerosos corredores que todavía estábamos pendientes de llegar a meta. La sensación de deslizarme por la preciosa Calle Larios surfeando entre los innumerables visitantes que paseaban en busca de un rato de asueto será difícil de olvidar.

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Ya en meta y recuperado del tremendo esfuerzo, 9’6 sofocantes km, acepte el amable ofrecimiento para ducharme en el alojamiento cercano de parte del equipo (Gracias a miles). Sin pérdida de tiempo puse rumbo al Burger más cercano para rellenar las menguadas reservas y volver a ser persona reconocible y tratable, mientras llegaba la hora del reconocimiento para José Antonio (ambos) dedicándoles unos aplausos más que merecidos después de este intenso y largo fin de semana comunal.

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Los demás no sé, pero yo ya tengo ganas de que llegue el siguiente evento compartido para desquitarme. Martín me gano en la pelea de almohadas que mantuvimos y exijo mi revancha! La venganza se sirve en plato frio…. Jejeje

J.A.T.D.

Mi experiencia en el SOC

Cuando nuestro míster nos habló hace tres meses del SOC (Serranía Orienteering Camp) pensábamos que era un campamento solo para niños, pues no hace mucho que estamos metidos en este mundillo de la orientación, pero es tanto el “vicio” que le hemos cogido, que queríamos aprender más sobre él para intentar mejorar nuestras técnicas de orientación, por lo que decidimos participar.

Etapa 1: Tuvo lugar en los alrededores del albergue de “La Fuente de las Tablas”, concretamente en Monteagudillo. Allí nos recibieron toda la familia Corrochano, a quien fuimos conociendo poco a poco y a todos los que con ellos colaboraron para hacer posible este encuentro. Conforme nos presentábamos nos regalaban una camiseta del SOC.

La prueba consistía en un mapa de pasillos con memorización de algunos tramos que se encontraban en ciertas balizas. Yo era la primera vez que lo veía y resultaba extraño ver casi todo el mapa en blanco (en este caso significaba que había partes del mapa borrados, y no que estuviera lleno de pinos) y tras un kilómetro corriendo sin ver una baliza, me doy cuenta de que he corrido antes de pensar, por lo que he errado en mi elección de ruta. Vuelvo a la baliza de salida y empiezo de nuevo.

Después de comer descansamos un poco, cada uno se tumba a dormir la siesta donde puede mientras los más jóvenes se dedican a remojarse en la fuente.

Por la tarde andamos cerca de kilómetro y medio para llegar a la baliza de salida. Nos entregan los mapas y nos advierten de que no están dibujados los caminos pero sí las curvas de nivel y la vegetación, por lo que nos aconsejan que intentemos hacer rumbo para poder encontrar las balizas. Un mapa muy chulo a pesar de que tuve dificultades para encontrar dos de ellas. La ayuda de mi marido fue básica para hallarlas.

Al terminar, la mejor agua y las mejores sandías del mundo nos ayudan a recuperar las fuerzas invertidas en la búsqueda de los colores naranjas y blancos que tanto nos gustan.

Al finalizar esta etapa nos dirigimos a Uña donde se encuentra nuestro albergue “ La Cañadilla” en el que nos acogieron durante tres noches y cuatro días y donde Jesús, el dueño, el conserje y las cocineras se preocuparon en todo momento de que nada nos faltara. Allí convivimos la mayoría de los participantes: unos en habitaciones, otros en caravanas y los más jóvenes, en suelo duro en tiendas de campaña.

Por la noche tocó análisis de los mapas, algo muy útil para comentar problemas que hubiéramos tenido y resolver posibles dudas.

Etapa 2: En Las Majadas y sus callejones. Para mí ( y creo que para el resto de compañeros también) fue la etapa más dura y difícil de todas, pero a la vez, la más espectacular por sus paisajes. Dura, porque hicimos tres carreras en un solo día: una larga, una media con un microsprint (consistía en la lectura de dos mapas, el segundo de ellos a una escala de 1:3000 por lo que aunque aparentemente era sencillo porque estaba todo muy cerca, nos costó bastante entenderlo por tener todos los elementos más grandes de los que estamos habituados a leer) y por último una carrera de relevos. Esta última solo la pudieran hacer completa aquellas parejas más rápidas y experimentadas en este deporte, pues la gente que como yo llevamos menos tiempo, tardamos cerca de una hora en completar el recorrido, por lo que mi pareja ya no pudo salir por lo tarde que se hizo.

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Las majadas… ay los callejones!!

La carrera de la mañana fue la más difícil pero la más técnica por lo que optamos por hacerla andando para fijarnos bien en todos los elementos e identificar bien todas las piedras en el mapa. La mayoría la hicimos en parejas para poder ayudarnos entre nosotros.

El descanso de mediodía nos vino de perlas, la temperatura ambiental a la sombra de los árboles invitaba a una siestecita con manta en el suelo que hizo las delicias de todos los participantes. La imagen que proyectábamos los participantes era chulísima: unos comiendo de los picnics que nos llevaron del albergue, los más experimentados en la naturaleza cocinaban su comida en hornillos, otros tumbados en el suelo descansando y los más jóvenes, compartían risas y experiencias con amigos de otros clubes.

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Después de tanto pedrolo, un poquito de descanso

Por la noche, análisis de mapas a pesar del agotamiento que teníamos en nuestros cuerpos.

Etapa 3: Esta vez tocó desplazarnos hasta Cañizares por la mañana, un pueblo muy bonito lleno de cuestas y escaleras. Después del entrenamiento en Las Majadas, este resultó bastante fácil pero no por ello menos duro físicamente por lo mencionado anteriormente. Se trataba de una carrera semiurbana. Al terminar nos deleitaron con un plato de “caldereta” muy bueno que el ayuntamiento de este pueblo tuvo el placer de invitarnos. Ese día sustituimos la siesta por un baño muy reparador en el Tobar, muy cerca de nuestro destino vespertino, Beteta.

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Laguna el Tobar, junto a los amigos de Villamalea y Caudete

Aquí la carrera también fue muy espectacular: terreno de gran altitud, corriendo entre pinos, y zarzas, hasta un ciervo se nos cruzó por nuestro camino, o nosotros por el suyo. Naturaleza en estado puro. Un disfrute absoluto. Teníamos la posibilidad de hacer dos mapas, pero los más rezagados en orientación sólo pudimos hacer uno por falta de tiempo. En este recorrido ya me quedó muy claro los niveles del color verde, pues al intentar pasar por uno de nivel 2, te das cuenta que cuando lo pintan de ese color es por algo: las zarzas y el resto de vegetación son infranqueables a pesar de intentar pasar por ellas aunque fuera reptando.

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El calor fue el gran predominante en entrenamiento de Beteta.

Ducha, cena y último análisis de mapas.

Etapa 4: La ciudad de Cuenca. Totalmente urbana. Calles muy estrechas, callejones y centenares de escalones. ¡Qué disfrute! Junto con el mapa de Las Majadas, creo que es el mapa que más me he parado a leer, pues era básico intentar buscar el mejor recorrido para llegar a las balizas. Dos mapas: uno de la parte más céntrica de la ciudad y otro de una zona más apartada.

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Pese a ser un mapa urbano, el contacto directo con el mapa era esencial para no perderse.

Al terminar, comida en “el burguer” y regreso a casa.

Impresiones personales: repetiremos el próximo año pues ha sido una experiencia inolvidable de la que hemos aprendido muchísimo, no solo de orientación sino también de la convivencia con personas de otros clubes. Mi familia y yo pudimos asistir a estos entrenamientos porque se nos ofreció la posibilidad de poner una monitora para los peques que les enseñaría a orientarse y al mismo tiempo los papis podíamos correr con total tranquilidad de saber que nuestros hijos estaban en buenas manos. Muchas gracias María por tu gran labor. Nosotros compartimos habitación con dos chicas adolescentes y un chico de otro club y otro chico del nuestro y ciertamente fue super divertido, fue como un retorno a nuestra juventud, compartiendo risas y comentarios propios de su edad. También el convivir con amigos del propio club y de otros y conocerlos un poquito más a fondo es una experiencia muy gratificante que te hace unirte más a ellos.

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María Corrochano, en plena lucha con las fieras

Mi más sincero agradecimiento a toda la familia Corrochano, sobre todo a Diego y a María que son con los que personalmente he tenido más contacto y a todos los que han colaborado con ellos para que este campamento haya tenido lugar y a nuestro míster Javi por habernos animado a participar.

Eva María García

El bosque negro

Los 5 días de Soria, una competición con 7 carreras que yo no me podía perder. Aquí mi crónica

DÍA 1

En el viaje de ida iba con la fantástica familia Villar Górriz que me prestaron su ayuda en todo lo necesario “que yo sepa”. Este viaje se hizo la verdad muy pesado, a pesar de las múltiples paradas que realizamos (una de ellas fue en Chillaron donde almorzamos en un bar en el que hacían espectaculares bocadillos).

Paramos a comer en un bar a las afueras de un pueblo cuyo nombre no quisiere recordar, yo como casi todos nos comimos un bocadillo que llevábamos en la mochila, pero teníamos una excepción, Teresa, que no comió con nosotros sino con su padre dentro de un bar (vaya la niña que exquisita).

Así llegamos a San Leonardo de Yagüe un pequeño pueblo, bueno tampoco tan pequeño, pueblo de Soria. Recogimos unos dorsales en Navaleno a 5 km de donde estábamos situados. Solo bastaba un mapa de calentamiento para arrancar estos Cinco Días en Soria. El model event mapa diseñado para conocer mejor el terreno por donde se van a diputar las carreras. Blas entrenador de Villamalea Orientación nos ayudó a comprender mejor el mapa sobre el terreno. ¡¡¡¡Fabuloso!!!! todo eran pinos de alturas inimaginables con el suelo verde, riachuelos y grandes hormigueros como José de altos (fijaros si eran altos). Y eso si, con grandes rocas que acechaban con caerse a este paisaje tan bellísimo que me recordó al cuento de Blanca Nieves y los siete enanitos.

Después del model event toco cenar y acostar para que el día siguiente estuviésemos frescos.

DIA 2

Todos nos despertamos, 1º nos teníamos que hacer la mochila, 2º (bueno este paso no sé si decirlo porque yo creo que es lo más básico) desayunar y por último ir a la zona de carrera, yo creo que hasta aquí todo bien ¿no? Bueno volvamos a la historia de nuevo. En el viaje de ida a la carrera vimos espectaculares piscinas siendo una de ellas la mejor que dentro de poco revelare y descubriréis.

-Oooh ¡¡¡¡Navaleno!!!! Ya hemos llegado, que corto se me ha hecho el viaje, en este fantástico pueblo, divertidas aventuras realizaré con mis compañeros a la vez.

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Bajamos de la furgo eso suponía que la carrera a punto de dar comienzo debe de estar, ya salían los primeros corredores y los nervios se respiraban en el aire. Tan rápido fue que de que nos dimos cuenta los primeros corredores ya llegaron ha meta.

En voz baja me susurraba: – “Hay que nervios ya no he de equivocarme o la derrota hallaré”. Y así fue. Pero lo más importante es disfrutar y yo lo hice, a lo grande. Mi salida dio comienzo adentrándome en lo más profundo de aquel bosque tenebroso, 1º baliza sin problemas 2º, 3º y 4º igual, bueno la cuarta estaba un poco escondida entre un arbusto y una roca, unas cuantas vueltas y la encontré. El rumbo era lo más insensato que se podía hacer en esta ocasión y yo por hacerlo me perdí, el bosque se me caía encima lo veía todo negro hasta que vi aquel aparato infernal, ¡¡había encontrado la cinco!! A partir de aquí no tengo mucho más que decir sobre mí, ticar las siguientes balizas y llegar a meta, donde se acababa el bosque lo veía todo con más claridad.

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Fuimos al polideportivo donde dormíamos, cogimos la comida y nos fuimos a comer (ya había acabado todo el mundo de hacer su carrera).

Por esta tarde les cedo el protagonismo a mis compañeros, en la carrera de relevos. Claramente se les notaba en la mirada todos los nervios acumulados, no puedo contaros la carrera tal y como fue ya que yo no estaba allí, lo que sí que puedo afirmaros y contaros es que el equipo de José Antonio, Javi, Teresa y Cristina obtuvieron un tercer premio, un diploma y una fantástica lata de aceite con trufa. El equipo de Pascual y Fran no quedaron igual, pero se lo pasaron igual de bien.

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Por la noche fuimos a cenar a una fantástica pizzería donde me puse las botas zampándome enterita una pizza riquísima.

Esta noche también conocimos a nuestra futura amiga “LA JULI” que estuvo dando la tabarra hasta que Pascual llego y con sus encantos la enamoro.

Cuando llegamos al polideportivo nos echamos un “buitre”, un juego del que no tenía ni idea de jugar, y ya que estaba, cada vez que Pascual contaba algo con gracia le respondía: – “Pascual eres la leche”, es un chiste muy malo que a lo mejor no lo pilláis a la primera y aquí finaliza este maravilloso día.

DÍA 3

Otro bonito día en Soria y todos preparados para la carrera, tocaba lo de todos los días hacerse la mochila y desayunar, unos pocos chocos flakes y un cola cao y listo para la carrera, está en el mismo pueblo (en el campo de futbol), la salida un poco lejos de la meta, y ya que estaba lejos aproveche y calenté yendo a la salida, pero tuve un pequeño imprevisto, bueno, había una cuesta bastante respetable de 0’5 km de subida y me canse bastante subiéndola.

Ay insensato de mí no mire la hora a la que salía, pero por suerte tenían todas las horas de salida puestas allí. Además de que me di cuenta de que lo ponía en el dorsal, y que gracia me hizo que aún me quedaba casi una hora para salir. De que llego a mi hora de salida ya me había enfriado, pero bueno que se le iba hacer, lo que sí que pude hacer fueron algunos estiramientos no como Teresa que salía a la misma hora que yo.

Para empezar bien la carrera me fui a la otra punta del mapa, la 1º baliza un desastre, la 2º aun peor, donde encontré a mi gran compañero Julio, el saliendo un cuarto de hora más tarde que yo. Estaba a punto de estallar de lo mal que se me estaba dando la carrera, pero bueno no perdamos los nervios podría ser peor, el lado bueno es que encontré la 3º y 4º baliza sin problemas, y como no en la 5 me volví a perder, pero aquí no estaba solo, me acompañaba mi amigo Julio. 10 minutos más y la baliza encontrada.

Estaba muy pero que muy estresado con tanto pino, era un bosque interminable, la 6, 7,8 y 9 igual que la cinco, ¡¡¡¡Por fin!!!! La cien era mi momento el sprint final y ticar meta.

Se me dio semejantemente mal que no quise descargar en un tiempo, al pasar ese rato me tranquilicé y fui a descargar con muy mala cara, aun así, descargué y no pasó nada. Un mal tiempo y ya está.

Por la tarde la piscina y punto hay que olvidarse del tema, pero, como no, siempre me tienen que preguntar lo que he hecho y Julio el primero de todos, luego llegaron a preguntármelo los demás (Javi-con muy buen tiempo, Fran igual y José como el día anterior 1º un puesto insuperable).

Me compre una brújula bastante buena, y la verdad que era buenísima y me ayudo bastante en las próximas carreras, pronto descubriréis por qué.

Llego irnos a comer, a la piscina, donde en cuanto terminamos de comer fuimos a darnos un chapuzón. Descubrimos un gran tobogán, por el que estuvimos toda la tarde saltando. Ana y Tamara como no haciendo tapón, era imposible tirarse hasta que llego el socorrista y las echó, del tobogán, luego volvieron a subirse a el, y básicamente así si nos pasó la tarde.

Por la noche nos fuimos a cenar a la pizzería, con nuestros amigos “LOS CACHONDOS” (Manuel, Miguel, Fran, Felipe y Cotillas) también estuvieron con nosotros los adultos y no podían faltar allí la Juli y sus “chicos” como decía ella.

Y hasta aquí el día 3, bueno nos fuimos a dormir y nos echamos un buitre y a Pascual se le ocurrió la brillante idea de quién se llevará todas las cartas malas (o mugre como decía él), dependiendo del nivel de mugre que llevaras acumulada, te llamaba mugroso, mugrosín o mugrosón (Pascual=Mugrosón, Julio=Mugroso, Fran=Mugrosín) todos ellos bautizados por Pascual.

Ahora sí que si, a dormir y hasta el próximo día.

DÍA 4

Llego la mañana del día 4 ya estábamos un poco cansados de las carreras anteriores, pero aun así corrimos con energía.

Fuimos a la playa Pita donde se situaba la carrera, yo sentía que hoy era mi día, salí el 2º del Club y encontré todas las balizas a la primera, cuando iba de camino a la 6 se veía un espectacular lago en el que después nos bañaríamos.

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Tique la 6 y me dirigía a la 7, en la que tuve que escalar una “montaña”, era un bosque precioso. Termine el 2º porque no había nadie más, esta carrera se me dio súper bien.

Después de que llegaran mis compañeros fuimos a la playa a bañarnos, alquilamos entre cada 5 un bote con tobogán muy chulo donde nos lo pasamos bastante bien, después de comer volvimos a alquilarlo y pasamos un rato bastante agradable.

Nos fuimos a la carrera de la tarde, la que no se me dio también como pensaba, por suerte a mis compañeros se les dio mejor.

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Después hubo una fiesta a la que por desgracia no pudimos asistir.

Nos fuimos a cenar, llegamos cenamos nos echamos un buitre y creo que hasta aquí el día 4, fantástico día en la playa Pita.

DÍA 5

Llego la mañana del día 5 nos hicimos la mochila y fuimos a la zona de carrera allí esperamos a nuestra hora de salida. Nada más salir vi un bosque verde inmenso, me encontraba allí, solo, pero nada me impidió encontrar la 1º, 2º, 3º, 4º, 5º y 6º sin problemas, por cierto, esta última en un puente por el que debajo pasaba un riachuelo.

La siete también sin problemas, debajo de un alto árbol se encontraba.

La ocho con un poco más de dificultad que se encontraba debajo de un tendido eléctrico y debido a eso me equivoque.

Hasta la 10 se me dieron bien, el bucle lo hice al revés por lo tanto tuve que volver a hacerlo.

Termine la carrera, nos fuimos a comer y fuimos a la piscina.

Ya no tengo nada que contar puesto que a partir de aquí es prácticamente igual que el día pasado.

¡Qué pena que esto esté ya terminando!

DÍA 6

Que bien el ultimo día, esta carrera y a mi casita. Maletas preparadas en los coches y nosotros listos para la carrera. Hora y media después llegamos a la zona de carrera allí nos encontramos con Felipe que venía andando desde Covaleda el pueblo donde él y los demás del Orientijote dormían.

¡¡¡¡UN KILOMETRO Y MEDIO HASTA LA SALIDA ANDANDO!!!!

Bueno no resulto ningún problema, llegar allí, a la salida.

Me tocaba salir, corrí, corrí y corrí y las balizas encontré hasta que llego la nueve y el pie enganchado entre dos troncos se quedó.

Me dolía mucho, pero terminaría la carrera, aunque fuera andando. Al llegar a meta ya no me moví así que no sé qué decir, eso sí José Antonio un primer puesto se llevó aquí acaba nuestra fantástica historia de los Cinco Días en Soria.

Un viaje bastante largo y pesado, pero llegamos a nuestras casas sanos y salvos.

Me gustaría dar las gracias a la familia Villar Gorríz por darme la oportunidad de ir a Soria, también se lo quiero dar a Javi mayor y a Ana Dela por haber hecho el esfuerzo de hacerse responsables de nosotros y llevar y traer de vuelta a mis compañeros.

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FIN

     ¡¡¡¡¡¡VIVA EL BMT!!!!!!

Daniel Tarancón Tolosa