La mañana se abre ante los orientadores de manera espectacular, buen sol, apenas una brisa imperceptible y la temperatura fresca. Es la 2ª incursión que el BMT realiza en el Circuito conquense este año y hemos traído a nuestros mejores espadas. Su ilusión es nuestra motivación.
En un pinar antes de llegar a Arcas de Cuenca se desarrolla la competición. La expectación y nervios previos a la salida están presentes. Hay ganas por desentrañar los secretos ocultos por la Organización y ganar la partida, primero a ellos al no cometer error de tarjeta y después al crono que es el implacable juez que coloca a cada uno en su justo lugar.
Al coger el mapa veo que los amigos de COMCU piensan igual: han quitado del mismo todos los caminos y sendas. Shock inicial. La balanza se desequilibra. No van a entregarnos la llave del tesoro tan fácilmente. Toca recomponer esquemas mentales y readaptar la interpretación del mapa ajustando a las curvas de nivel, elementos rocosos y algunos claros entre infinito espacio en blanco. Esto promete…
Una vez superada la fase inicial de asimilación de un mapa con menos referencias a lo acostumbrado me centro en fusionar lo que el terreno me transmite junto con la interpretación de la lectura, intentando sincronizar ambas percepciones para alcanzar ese estado de fluidez en la carrera que permite clavar las balizas pues sabes que está allí esperándote antes incluso de llegar a ella.
La mullida alfombra de hojas de pino colocada encima de las suaves ondulaciones del terreno se va desarrollando bajo mis pasos consiguiendo transmitir una sensación de comodidad que cuantas zapatillas de gel quisieran.
Bajo ese gozo transcurría la carrera cuando un rumbo mal calculado me conduce a una zona donde debía estar la baliza…y no estaba. Primer pensamiento: ¡El mapa tiene un error! Segundo pensamiento: ¡La Organización ha equivocado el emplazamiento! ¿Quién no ha tenido ese pensamiento alguna vez intentando acoplar el terreno a la zona del mapa donde suponemos que estamos, mientras la sangría de minutos aumenta sin cesar?
El exceso de confianza penaliza tanto como la falta de ella. La realidad es tozuda y al final siempre tendrá razón por lo que cuanto antes lo asumas mejor, por lo que decidí reubicarme en el último tramo conocido y, ahora sí, dirigirme raudo a picar los 3 últimos controles. Al descargar confirmo que mi incursión en búsqueda de setas ha sido poco edificante: 20 minutos extras. ¡A la próxima voy al Súper!
Durante la entrega de premios las caras de felicidad de los mejores atestiguaban su alegría, y aunque algunos ya están acostumbrados no podían, ni debían ocultarla. El reconocimiento es fundamental, al margen de la edad, por lo que después del acto de entrega de trofeos nos fuimos a reconocer las instalaciones de una conocida cadena de comida rápida donde dimos buena cuenta de las viandas que solicitamos y entre algunas risas y varias carcajadas terminamos de compartir este intenso día.
J.A.T.D.