Las Majadas tenían fama de tener un enclave cautivador, «Los Callejones», y los que los conocían nos invitaban a ir a visitarlos. Si encima nos organizan una prueba de orientación en dicho laberinto, difícil decir que no, pese a que la semana pasada ya habíamos tenido otro fin de semana de intensa actividad en Ciudad Real.
17:00h del viernes
Tres adultos y tres niñas, maletero hasta arriba de ropa, comida,….Dirección: “Las Majadas” (Cuenca). Parada obligatoria en la capital de provincia. Imposible pasar por allí y no parar a ver “Las Casas Colgadas” y el Puente de San Pablo. Continuamos carretera “alante” hasta llegar a Villalba. Horas previas una amiga me había avisado de las 99 curvas que había entre este pueblo y nuestro destino final. La agradable tertulia y la vista de ciervos, vacas, terneros, caballos y potrillos en total libertad durante ese trayecto, hicieron que apenas nos diéramos cuenta de tan enreversado camino. A las 23.30h llegan el resto de compañeros de piso.
9:00h del sábado
Somos de los primeros en llegar a la ubicación exacta donde nace esta aventura puesto que se trata de pasillos y no de horas de salida, lo que hace que los participantes se lo tomen con tranquilidad. Mientras ultiman los preparativos decidimos pasear por la carretera para poder recibir al resto de orientadores de nuestro club que llegaban en la furgo. Una mañana inmejorable: cielo cubierto de nubes, 90 por ciento de humedad, gotitas de rocío pegadas a los sacos de la procesionaria, vegetación por todas partes, rocas con formas muy peculiares propias de la zona…Respiramos hondo y nos insuflamos de energía a tope. Familias por el pasillo del Open amarillo, papis solos por el open naranja, el resto, cada uno por su pasillo correspondiente.
Comenzamos…..
En las categorías de «los que saben» tienen un mapa muy complicado, donde los «pedrolos» se alternan con cortados imposibles, de más de cuatro metros de altura. Como falles en tu ubicación, la relocalización se complica bastante, pues los puntos de ataque no son demasiado evidentes. Pese a las bastantes «perdidas» de nuestros chicos y chicas, el disfrute fue máximo. Un entorno único: una pradera verde entre los desfiladeros de rocas que golpeadas por el viento y el agua han sido transformadas en figuras espectaculares, que invita a parar y disfrutar de las curiosas formas.
17.30h
Hacía media hora que había empezado a llover y todavía seguía lloviendo.
Tras una maravillosa velada en la casa donde nos alojábamos en compañía de todos los miembros del club, compartiendo duchas, comida y risas, nos preparamos para el sprint que tiene lugar a 500 metros de donde nos encontramos. Puesto que el trayecto lo hacemos a pie, nuestro cuerpo empieza a habituarse a la humedad que empieza a notarse en nuestra piel: los habituales de este deporte de manga corta, los primerizos, con chubasqueros. Nos resguardamos bajo la carpa de la organización mientras dudan de si hacerla o no, pero es tanta la energía y las ganas de disfrutar que emanamos que todo estaba claro. Limpiamos y comprobamos. Todos preparados: unos van colina arriba y colina abajo para calentar mientras otros disfrutamos pisando charcos, salpicando al resto de compañeros de batalla. Las risas son nuestro calentamiento preferido.
Mientras reparten los mapas con dificultad debido a las adversidades climatológicas, los más peques que han estado aguantando estoicamente un buen rato bajo la lluvia, piden volver a casa: -Mamá, nos dan el mapa y ya nos vamos a casa ,¿vale? En ese momento a una madre se le pasa por la cabeza:” Pobrecica mía , estoy loca por hacer que mi hija de siete años esté aquí aguantando la lluvia y el frío” Entonces te das cuenta de que la peque está ahí porque su progenitora le está diciendo que es una campeona por aguantar.- ¡Lo has hecho genial cariño, estoy muy orgullosa de ti!- le dices. Ahora una buena ducha y a descansar. Un buen amigo la acompaña a casa.
Por otro lado, otro peque de 9 años decide quedarse con su seño y una amiga a hacer el recorrido a pesar de que su padre le insta a llevárselo también a casa. Es tal la firmeza con la que su hijo le dice que quiere hacer esta carrera, que así lo hace. ¡Cuánto bien le hizo en ese momento ese padre a su hijo! Su primera carrera de orientación vivida bajo la lluvia será inolvidable para él. Sólo la podemos definir en una palabra: divertidísima; ríos de agua por todas partes que por supuesto no aparecían en el mapa, balizas que para poder pincharlas tenías que meter los pies en el agua hasta los tobillos, pequeños toboganes de barro, mapas pegados a las caras en aquellos que de forma habitual llevan gafas…y la lluvia, que no nos dio tregua en ningún momento. Un coche gris paseando por los alrededores, cámara en mano, ¡cómo no hacer un posado en esas circunstancias! El fotógrafo: – Chicos, que se trata de un sprint. No nos importaba, queríamos inmortalizar ese fantástico momento. Como un gran equipo, decidimos entrar a meta los tres amigos cogidos de la mano. Nuestro valiente chico aguantó como un campeón todo el recorrido, lo que le valió al día siguiente hacer pódium. Uno de los valores que trato de inculcar en mis chicos es que tras un gran esfuerzo hay una gran recompensa. Para mí, como su maestra, fue un sueño hecho realidad. Aprendizaje en estado puro.
Terminado el recorrido, lo acompañaron a casa. El campeón necesitaba descansar tras un gran trabajo.
Después de comprobar que todos los compañeros ya habían finalizado la carrera y regresado a la casa a por una merecida ducha, unos instantes de soledad con las gotas de lluvia golpeándome la cara se me hicieron necesarios para absorber toda la emoción vivida, para saborear ese maravillosa aventura, para respirar profundamente y dar gracias mentalmente por la experiencia vivida. Cuando me giro, me doy cuenta de que hay dos compañeros en la furgo esperándome preocupados por mi tardanza. Sin palabras por la emoción.
9:30 h del domingo
Vamos a por la última prueba: la intermedia. Localización: junto a las cabañas de Utrera. Para poder llegar al punto de salida es necesario ascender 900m. Por supuesto, volvemos a llegar los primeros ante el temor de otra posible lluvia (aunque la del día anterior fue muy divertida, con una teníamos suficiente). Hoy los compañeros de la «furgo» no están con nosotros, se marcharon ayer tras el sprint, sólo nos hemos quedado los de la casa: 5 adultos y 6 niños, entre ellos una reciente campeona de España en relevos: Ana Defez, sin olvidar que en un albergue, dos compañeros del club clasificados para la fase nacional escolar: Carlos y Jose Antonio están compartiendo experiencias con los campeones de España de orientación: Andreu Blanes y Antoñico a quienes también nosotros tenemos el placer de conocer tras echarnos unas fotos con ellos y con el presidente de FECAMADO.
A la espera de los resultados, nuestros ánimos empiezan a subir, más si cabe, ante los resultados provisionales.
13.00h
¡Confirmado! Tenemos tres podiums: en segundas posiciones Eduardo Honrubia (mi marido) en open naranja y Ana Defez, en femenino 16 y victoria para Antonio Calomarde en open amarillo. Con ellos, todos los que estamos allí nos sentimos ganadores.
13:30h
Subida de los campeones al pódium. Foto oficial de grupo.
Para culminar nuestro fantástico viaje, una visita a los Callejones de las Majadas, un espectacular entorno natural digno de ver.
En definitiva: Un fin de semana inolvidable para todos.
Toda la info de esta competición (fotos, videos, resultados, etc) se pueden conseguir en https://trofeoserraniadecuenca2016.wordpress.com/.
Aprovechamos estas líneas para dar la enhorabuena el club Comcu por esta prueba y, sobre todo, agradecer a Jose Luis Muñoz por enseñarnos este maravilloso paraje y por hacernos disfrutar en todos sus recorridos, destacando el sprint con salida en masa, con una complejidad bastante alta al tener que hacer recorridos y mapas individualizados (incluso con descripción de controles personalizada!)
Además, aquí un video de nuestros chicos antes y en plena competición:
https://www.youtube.com/watch?v=DlJRO2y7wDY