El 26 de septiembre nuestro club realizó una prueba de orientación con motivo de la Semana Europea del Deporte destinada a los alumnos de 5º y 6º de primaria y 1º de la ESO.
Días previos Javi, nuestro míster, nos informó de que ya podíamos empezar a ojear alumnos para formar equipos para el CECEO. En aquel momento pensé que era misión imposible pues hasta entonces solo contábamos con tres alumnos de 5º que ya llevaban un tiempo en el equipo y a los que no dejaban participar y dos chicas de 6º. La esperanza llegó cuando este año permitían, de manera exclusiva, que participaran los niños nacidos en 2007. Solo nos faltaba buscar a cinco alumnos para completar dos equipos.
Tras la prueba de ese día: Álvaro, Edu y Antonio vinieron emocionados, pues acababan de descubrir a su nueva integrante: Carmen. Esta prueba era su primer contacto con el deporte de la orientación y le gustó mucho además de que lo hizo muy bien.
Aquí empezaba mi hazaña de buscar cuatro integrantes más. Gracias a la colaboración de mi compañera Verónica, maestra de educación física y muy implicada en su labor, me sirvió de ojeadora y fue ella quien, durante las clases que dedicó a este deporte, observó quienes podrían ser buenos candidatos para formar equipo. Después de ese paso, mi labor consistió en convencer a esos niños y a sus padres para que les permitieran participar en este evento que implicaba pasar un fin de semana fuera de casa y estar a 600 km de ella. Tras algunos fracasos, finalmente conseguimos hacer dos equipos. En el equipo de 5º contábamos con los chicos nombrados anteriormente e incluimos a Dina, una alumna de 6º y el equipo de 6º estaba formado por Darío, Elena, Pablo, Cristina y Arán.
Teníamos solo ocho semanas para prepararlos; a eso había que restarles los entrenamientos a las que algunos no asistirían por tener que participar en actividades extraescolares de otra índole, por lo que algunos de estos chicos solo pudieron asistir a 5 o 6 de nuestras clases.
Tanto Eduardo como yo nos ofrecimos para ayudar a Javi a entrenarlos, hecho al que se nos unió Pepe, lo cual fue genial pues de esta forma los entrenamientos fueron muy personalizados pudiendo enseñarles mucho mejor a pesar de contar con tan poco tiempo.
Nuestra aventura empezó el viernes 16 a las 8:15 en la báscula de Casas Ibáñez. Nuestros protagonistas aparecían con cara de sueño reflejo de horas desveladas debido a los nervios, pues para varios de ellos esta era su primera salida de casa durante un fin de semana completo y sin la compañía de sus padres. A eso había que sumarle la responsabilidad de participar en un campeonato de España.
Nuestro destino: Barcarrota (Badajoz). Después de una jornada de nueve horas de autobús llegamos a tiempo de hacer el “model event”, un modelo de mapa con balizas para que nuestros chicos tuvieran un primer contacto con el terreno por el que iban a correr. En él lo que más llamaba la atención era una gran laguna y a su alrededor pudimos observar gran número de vacas pastando y conviviendo con cerdos tan característicos de esa zona.
El sábado amaneció con una mañana fresca pero con preludios de que iba a ser un fin de semana con una temperatura muy propicia para poder disfrutar de este deporte.
Conforme llegaba la hora de salida de los corredores, sus movimientos corporales y las continuas miradas al reloj de salida, denotaban que la adrenalina empezaba a actuar. A las 13:30 todos estaban en meta, unos con muy buenas caras y otros con cara de decepción. Las palabras de ánimo por parte de todos los entrenadores y compañeros no se hicieron de esperar. Por suerte, las actividades multiaventura que los organizadores del evento nos habían preparado: kayak, tirolina, rappel,… nos aportaron una distracción fantástica. Fue una tarde muy divertida pues en esas actividades participamos niños y adultos y ahí fue cuando me di cuenta de cómo las apariencias engañan: niñas y niños de pequeño tamaño y aparentemente poco fuertes, mostraban una habilidad y una fortaleza asombrosas, demostrando que nada se les pone por delante y que son capaces de hacer cosas que muchos adultos no podemos. Me quito el sombrero ante ellos.
El domingo las carreras fueron rapidísimas, y los signos de decepción del día anterior habían desaparecido completamente sustituidas por sonrisas de triunfo y satisfacción.
Resultados fantásticos para todo el club y aunque al pódium subieron 15 de nuestros chicos, para los entrenadores, todos nuestros corredores fueron ganadores por su comportamiento, su actitud, su puntualidad y su compañerismo, lo cual nos asombró mucho pues desde el primer momento se fueron agrupando según habíamos formado los equipos yendo juntos a todas partes: para comer, para dormir, para pasear por el pueblo, ….lo hacían todo juntos, hechos una piña. Eso merece un gran pódium.
Los entrenadores damos la más sincera enhorabuena a todos y cada uno de nuestros orientadores pero sobretodo a los que llevan más tiempo en el club porque han sido un claro ejemplo de comportamiento para los más pequeños, quienes les van siguiendo los pasos en todos los aspectos.
Eva Mª García Descalzo